Una niña de un año perdió la vida a causa de los fuertes golpes que sufrió por parte de su padrastro, quien dijo que lo hizo porque no paraba de llorar. El crimen sucedió en una vivienda en Emboscada y cuando la madre estaba trabajando.
En una de las habitaciones de la casa, una niña de un año y 11 meses perdió la vida tras sufrir fuertes golpes en la cabeza y en la frente.
Un médico forense determinó que la bebé falleció a causa de un traumatismo de cráneo.
El terrible crimen sucedió el domingo en el interior de una precaria vivienda ubicada en la ciudad de Emboscada, Departamento de Cordillera.
El padrastro, Jorge Daniel Silva Ortega, de 22 años, quedó detenido como el supuesto autor del asesinato.
El hombre le habría propinado golpes en la cabeza porque la niña no paraba de llorar, según explicó el subcomisario de la Comisaría 6ª, Herminio Miranda, para medios de la capital.
“Manifestó que la niña comenzó a llorar y, con la intención de hacerla callar, le propinó golpes que ocasionaron su deceso en el lugar”, indicó.
La madre de la niña se dedica a vender bingos en el centro de la ciudad y en ese momento no estaba en la casa, que es propiedad de la mamá del hombre.
En la vivienda estaban algunos familiares del ahora detenido, pero salieron y el hombre quedó solo con su hijastra.
Gamarra describió que la casa es bastante precaria y sin las condiciones mínimas. “La casa es de chapa y no tiene las mínimas condiciones para que viva ahí un niño o niña”, acotó.
El hombre “parecía que estaba tranquilo”, pero ya estaba preparando una mochila como para darse a la fuga cuando llegó la patrulla, dijo el subcomisario.