Un controvertido debate gira en torno a la aprobación del pacto mundial migratorio, del que Paraguay forma parte. Las posturas a favor y en contra no se hicieron esperar, generando interrogantes y conjeturas basadas en algunos apartados del documento. ¿Qué es?, ¿a qué obliga? y ¿qué busca? son algunas dudas de la ciudadanía.
Un total de 159 países aprobaron este lunes el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de Naciones Unidas (ONU) en Marruecos. El documento, que plantea compromisos internacionales para la lucha de los flagelos a los que se exponen los migrantes, no fue del todo bien recibido por un sector de la sociedad paraguaya.
Como todo tema que supone controversia, trajo consigo cuestionamientos direccionados y posturas oficiales que sugerían a las altas autoridades del Estado la no adhesión de nuestro país. Pese a ello, Paraguay se unió al acuerdo.
Pero ¿qué es el pacto migratorio? Conforme cita las Naciones Unidas: “es el primer acuerdo global para ayudar a aprovechar los beneficios de la migración y proteger a los inmigrantes indocumentados”.
Básicamente, este extenso documento busca, mediante la cooperación internacional, gestionar los flujos migratorios, mejorar las vías de migración legal y también establecer una lucha contra la trata y el tráfico de personas.
Sin embargo, algunos de los 23 objetivos que prevalecen en este pacto generaron suspicacias con relación a las “verdaderas intenciones” y las implicancias tanto económicas como sociales para Paraguay.
¿Soberanía en juego?
Uno de los argumentos que fue citado por las organizaciones que rechazan la adhesión apuntó a un “atentado contra la soberanía nacional”; es decir, que Paraguay se sometería a las Naciones Unidas y esta tendría potestad de decidir a quiénes envía a nuestro país.
Al respecto, el acuerdo hace énfasis en que el documento no es vinculante y deja claro que cada Estado es soberano para determinar sus propias políticas en este ámbito.
“Los Estados tienen el derecho soberano a determinar su propia política migratoria y la prerrogativa de regular la migración dentro de su jurisdicción, de conformidad con el derecho internacional”, especifica la ONU.
Asimismo, remarca que cada país aplicará una normativa conforme a las diferentes realidades políticas, prioridades y requisitos para entrar, residir y trabajar en cada nación.
En ese sentido, Paraguay aprobó, en el 2015, el Decreto 4483, de “Política Nacional de Migraciones”, en el que se define un conjunto de orientaciones y propone una política pública para tratar el tema.
La resolución reconoce el derecho a la inmigración ordenada y, ante graves conflictos políticos, sociales, étnicos, religiosos, bélicos y de otra índole, a procesar las solicitudes de refugio y asilo a personas que lo soliciten, en el marco de la legislación nacional y los tratados internacionales vigentes en la materia.
Es decir, la firma del pacto reafirma compromisos vigentes en nuestra propia legislación desde hace tres años.
¿Familias en riesgo?
Las organizaciones autodenominadas provida y profamilia e instituciones eclesiásticas emitieron comunicados mostrando su desacuerdo con la decisión tomada en el Poder Ejecutivo. En los textos expresaron su temor ante el posible avance de los defensores de la “ideología de género”.
Entre los principios rectores que se establecen en el pacto mundial se menciona la perspectiva de género, de manera que se respeten los derechos humanos de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños en todas las etapas de la migración.
“Incorpora la perspectiva de género y promueve la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, reconociendo su independencia, su capacidad de actuar y su liderazgo, para dejar de percibir a las migrantes casi exclusivamente desde el prisma de la victimización”, menciona el documento.
De igual forma, la política migratoria paraguaya del 2015 también refleja en sus líneas el Principio de Equidad de Género, en la cual abogan por las oportunidades y beneficios igualitarios tanto para hombres como para mujeres.
El ministro de Relaciones Exteriores, Luis Castiglioni, había aclarado que estos principios no alteran el ordenamiento jurídico paraguayo; es decir, no se admitirá ninguna acepción fuera de lo establecido en la Constitución Nacional.
“En nuestro ordenamiento jurídico paraguayo, género se limita a hombre y mujer. No admitimos ninguna acepción fuera de eso, ni la llamada ideología de género o identidad de género”, escribió en su cuenta oficial de Twitter.
Paraguayos en el exterior y extranjeros en el Paraguay
Última Hora intentó acceder a la cantidad actualizada de paraguayos que migran hacia el exterior, pero los datos públicos más cercanos datan de poco tiempo antes de la promulgación del decreto migratorio, según la Secretaría de Repatriados, dependiente del Ejecutivo.
Siendo así, en las últimas estadísticas, que continúan vigentes en el decreto, Argentina sigue siendo el principal destino de los migrantes paraguayos. El censo realizado en el 2010 registró a más de 550.000 personas de nacionalidad paraguaya ese año.
Sin embargo, 787.635 paraguayos varones y mujeres gestionaron su radicación temporaria o permanente en la Argentina del 2004 al 2013. Esta cifra representaba ya el 11,6% de la población nacional estimada en ese último año.
El segundo receptor de paraguayos es España, en donde para el año 2000 habían sido empadronadas, tan solo ese año, más de 87.000 personas oriundas de Paraguay.
En Brasil se registraron al menos 40.000 inmigrantes paraguayos; mientras que en los Estados Unidos, ese mismo año, se encontraban 29.000 más.
Estas cifras, provenientes de diferentes fuentes estadísticas, hacen posible estimar en al menos 1.100.000 el número de personas originarias del Paraguay censadas o empadronadas en diversos países del mundo, y representaban poco más del 15% de la población nacional estimada para el año 2013.
Por otra parte, desde la Dirección de Migraciones informaron que en el país viven actualmente 420.995 extranjeros, de los cuales casi la mitad son ciudadanos brasileños: en total, 201.352 residentes extranjeros son brasileños; 53.049 son argentinos; 23.996, coreanos; 15.000, taiwaneses; 4.700, chilenos; 2.600, bolivianos, y 1.450, colombianos.
Según explicó Francisco Acosta, de la Dirección del Gabinete de Migraciones, esta cantidad de personas cuenta con su documentación al día y con su residencia válida en el Paraguay.
Por otro lado, detalló que, según estimaciones, unas 350.000 personas se encuentran de manera irregular en el país y en su mayoría serían brasileños.
En el caso de la radicación, Acosta mencionó que los extranjeros deben cumplir con requisitos previstos en la Ley 978/96, que regula la migración.
Algunas de las exigencias disponen que para la obtención de la nacionalidad paraguaya se requiere que el extranjero resida cinco años en el país; en el caso de tener un pariente paraguayo puede ser beneficiado con la obtención de la documentación en menor tiempo.
En pos de los derechos humanos
La migración no es un fenómeno nuevo, pero en los últimos años el número de migrantes creció exponencialmente en todos los países.
Desde la ONU prevén que los números sigan creciendo, atendiendo a los factores demográficos, climáticos y políticos que se desarrollan alrededor del mundo.
Por ello, hacen especial énfasis en la incorporación de medidas que ayuden a que los derechos humanos sigan siendo resguardados.
Fuente: Diario Ultima hora