En una publicación que generó amplio debate en redes sociales, el psicólogo y creador de contenido Osvaldo González lanzó una crítica directa al desempeño sexual de los hombres paraguayos. Con la frase contundente “Cogemos mal”, González señaló que muchos varones actúan en la intimidad desde el egoísmo, la ignorancia emocional y el machismo.
“Los hombres paraguayos cogemos mal. No sabemos, no preguntamos, no escuchamos. Creemos que con meterla ya cumplimos”, afirmó. Según el especialista, el problema no radica en la falta de deseo o capacidad, sino en una educación sexual deficiente, plagada de estereotipos que priorizan el dominio y la autosatisfacción masculina, dejando de lado el placer y el consentimiento de la pareja.
González denunció que esta dinámica ha generado generaciones de mujeres frustradas, que fingen placer ante varones que nunca aprendieron a hacer el amor con empatía. “Muchos hombres hacen el amor con el pene, no con el corazón ni la cabeza. Si no sabés cómo se siente tu pareja, si no te importa su placer, no estás compartiendo nada. Estás usando su cuerpo como medio para tu propia gratificación”, sostuvo.
El profesional también apuntó contra la separación cultural entre “la mujer para respetar” y “la mujer para desear”, una visión machista que, según él, sabotea la libertad y la conexión emocional entre las parejas. “No podés ser libre con tu pareja si tenés miedo de que piense mal de vos. El deseo se vuelve enfermo, y la cama, una cárcel”, expresó.
Además, González abordó la dificultad que muchos hombres tienen para hablar sobre sus propios deseos y miedos, lo que deriva en encuentros sexuales llenos de silencios incómodos, actuaciones forzadas y desconexión emocional. “Nos reímos del sexo o lo decimos en joda, pero no sabemos expresar lo que queremos ni preguntar lo que desea la otra persona”, agregó.
Finalmente, criticó el uso del cuerpo femenino como objeto de consumo, alimentado por ideas tomadas del porno, la presión social y la inseguridad. “El cuerpo de una mujer no está para servirte. Está para compartirse si hay respeto, si hay ganas, si hay reciprocidad. Si no, es solo uso. Y eso, hermano, no es coger bien”, concluyó.
La publicación ha generado un intenso debate en redes, donde muchas personas coincidieron en la urgencia de una reeducación sexual basada en la empatía, el respeto y el diálogo.