Con las cámaras de Suceso Radio y Televisión llegamos hasta el distrito de General Morínigo, en el departamento de Caazapá, donde fuimos recibidos por un hombre que a sus 70 años sigue desafiando el equilibrio, el tiempo y la lógica: don Ireneo Cuevas. Su nombre puede que no resuene aún en los grandes escenarios, pero su talento, su humildad y su historia merecen ser contadas.
Don Ireneo no es un artista cualquiera. Se autodenomina “el payaso equilibrista”, y desde joven recorrió varias ciudades del país como Villarrica y Encarnación mostrando su arte, subido sobre una tambora desafiante llevando siempre consigo una inscripción clara y poderosa: “Rumbo al Mundial 2026 Paraguay”.
Con ese mensaje, don Ireneo no solo se convirtió en un espectáculo ambulante, sino en un símbolo de esperanza y pasión por la Albirroja. Participó en varios concursos de equilibrio, siempre con su identidad artística, y hoy sigue practicando con la misma determinación que lo caracterizó desde joven.
Lo más sorprendente es que, a sus siete décadas de vida, no muestra señales de detenerse. «Tengo salud, tengo fuerza, y tengo fe», nos dijo con una sonrisa. Ensaya cada día en su patio, bajo el sol o la lluvia, convencido de que su mensaje debe llegar más lejos.
Don Ireneo tiene dos grandes sueños que mantiene firmes en su corazón:
Presentar su espectáculo artístico ante todo el país, especialmente en Ypane antes de un partido de la Selección Paraguaya.
Conocer y saludar personalmente a Julio Enciso y Diego Gómez, a quienes considera los máximos exponentes del nuevo fútbol paraguayo.
“Ellos representan lo que yo siento por esta camiseta. Son jóvenes con talento y corazón”, dijo emocionado mientras golpeaba suavemente su tambora decorado con los colores albirrojos.
Pero su objetivo final es aún más ambicioso: llegar el lugar de concentración de la Albirroja, para el próximo combo de las Eliminatorias. “Estoy seguro de que vamos a clasificar, y yo quiero ser parte de esa alegría llevando mi mensaje de aliento y mi arte a cada rincón”, expresó con voz firme.

En tiempos donde la esperanza muchas veces escasea, la historia de don Ireneo Cuevas es un recordatorio de que los sueños, la pasión y el talento no tienen edad. Su vida es una inspiración para grandes y chicos, y su mensaje resuena en cada paso: el arte, la fe y el fútbol también equilibran el alma de un pueblo.
¡Don Ireneo, Paraguay te admira y alienta tu camino rumbo al Mundial 2026!





