En tiempos marcados por la presión de las redes sociales, el bullying, la exposición a sustancias adictivas y otras amenazas, la comunicación asertiva se vuelve un pilar fundamental para el desarrollo emocional de los adolescentes y el fortalecimiento del vínculo con sus padres.
El licenciado Raúl Manuel Nieto, psicólogo y especialista en relaciones familiares, subraya la importancia de desarrollar un estilo de comunicación que sea claro, honesto y respetuoso. “La comunicación asertiva permite expresar opiniones, necesidades y emociones sin agredir ni someterse”, señala. Además, advierte que en la relación con los hijos, esta herramienta es clave para fomentar la autoestima, la confianza y la autonomía.
Tipos de padres y sus efectos
Nieto clasifica a los padres en tres grandes grupos: agresivos, sumisos y asertivos. Los primeros imponen su autoridad mediante intimidación y crítica, generando temor y baja autoestima en los adolescentes. Los padres sumisos, por su parte, ceden constantemente ante sus hijos, lo que puede derivar en adolescentes inseguros o manipuladores.
En contrapartida, los padres asertivos logran un equilibrio: expresan sus ideas con firmeza, pero también escuchan activamente y validan las emociones de sus hijos. Este modelo parental fomenta el desarrollo de adolescentes responsables y emocionalmente estables.
En un contexto actual cada vez más complejo y desafiante, Nieto propone seis claves esenciales para establecer una comunicación saludable con los adolescentes:
1. Escucha activa y empatía
Prestar atención real, sin juzgar ni interrumpir. Validar las emociones del adolescente y formular preguntas abiertas para comprender su perspectiva.
2. Comunicación clara y respetuosa
Expresar las propias necesidades sin ironías ni gritos. Usar un lenguaje positivo y evitar descalificaciones o generalizaciones.
3. Hablar de temas difíciles
Crear un espacio seguro para tratar asuntos sensibles como la salud mental, sexualidad, redes sociales o consumo de sustancias. Informarse adecuadamente para ofrecer respuestas basadas en hechos.
4. Tiempo de calidad
Buscar momentos compartidos, como las comidas o traslados, para conversar de manera relajada. Participar en sus intereses, aunque sean diferentes a los propios.
5. Fomentar la autonomía
Dejar que tomen decisiones acordes a su edad. Esto fortalece su autoestima, pensamiento crítico y responsabilidad.
6. Establecer límites y expectativas claras
Definir reglas razonables y aplicarlas de forma coherente. Incluir al adolescente en la creación de normas fomenta su compromiso.
Una herramienta para padres
El psicólogo propone también un inventario de comunicación asertiva: una serie de preguntas que ayudan a los padres a reflexionar sobre su estilo de comunicación. Algunas de ellas son:
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¿Puedo expresar mis preocupaciones sin que mi hijo se ponga a la defensiva?
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¿Mi hijo siente que lo escucho realmente?
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¿Nos tratamos con respeto incluso cuando no estamos de acuerdo?
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¿Establezco límites claros y coherentes?
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¿Buscamos soluciones constructivas en los conflictos?
Nieto sugiere que, si las respuestas negativas superan a las positivas, podría ser útil considerar la terapia familiar como un recurso para fortalecer el vínculo y mejorar la comunicación.
“Criar adolescentes en el mundo actual exige más que imponer o ceder; requiere construir un puente de confianza mutua, basado en el respeto y la escucha real”, concluye.