“Una amiga me alertó de que vio mi chapa por otro vehículo similar, eso me hizo apresurarme más para retirar mi automóvil, pero cuando llegué al corralón encontré que mi auto ya no era un auto, le faltaban las cuatro ruedas, el motor, el volante y todo el tablero, además de los accesorios y la chapa”, explicó Adriana.
Relató que en el momento en que entregó su vehículo le exigieron que dejara las llaves, y tras la insistencia de los encargados las entregó, hecho que en el momento le pareció raro, pero no lo denunció.
Ahora, la propietaria del vehículo se encuentra desesperada porque no sabe cómo se podría reparar el automóvil, debido al estado en el que quedó, y este viernes presentó una nota de reclamo a la Municipalidad. En ella pidió que los daños sean resarcidos y que las autoridades encargadas puedan aclarar qué fue lo que sucedió.
Por su parte, el director general, inspector Hugo Servían, explicó que el vehículo habría sido trasladado desde el corralón antiguo del barrio Pacú Cuá, al taller municipal en barrio Cuatro Potreros y que el taller aún no está bajo su custodia, pero que cuentan con documentos que avalan en qué estado se encontraba el vehículo al momento del traslado.