El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reiteró su oposición al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur porque considera que el texto actual permitiría importar productos que no siguen las reglas europeas.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó este jueves que su país seguirá oponiéndose al acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) porque en su estado actual, según el mandatario, permitiría importar productos que no siguen las reglas europeas.
“Lo que es incomprensible, y que yo mismo no sé explicar, es que impongamos reglas para lo que producimos en Europa y dejemos importar productos que no respetan esas mismas reglas y que vienen de fuera de Europa”, declaró durante una rueda de prensa tras la cumbre de líderes de la UE celebrada hoy en Bruselas.
Macron insistió en que las normas que valen para la producción agrícola en la UE deben ser igualmente válidas para las importaciones desde terceros países.
“Por esa misma razón, hoy, con el estado (actual) del texto de Mercosur, Francia se opone, seguirá oponiéndose a este acuerdo de libre comercio con la región Mercosur”, aseveró, e insistió en que las reglas sanitarias y medioambientales deben ser las mismas para los europeos y para aquellos socios con los que se cierran pactos comerciales.
Recalcó que Francia mantendrá su rechazo al acuerdo con Mercosur porque es “una posición de coherencia, de claridad, de solidez”.
Preguntado por si Francia está aislada en el club comunitario en su rechazo al pacto con Mercosur, Macron constató que su país “solo” no decide sobre el convenio y que tampoco lo puede bloquear en solitario.
No obstante, aseguró que cada vez que París “ha levantado la voz y mostrado las incoherencias” del tratado de libre comercio, ha sido “seguido” por otros.
“No estoy en contra de los acuerdos comerciales por definición. Simplemente estoy en contra del libre intercambio cuando es la ley de la jungla. No es mi visión de las cosas”, subrayó.
Agregó que no se puede pedir a los productores europeos “aceptar a marchas forzadas respetar más reglas y, al mismo tiempo, seguir negociando acuerdos de libre comercio como hacíamos en los años noventa, que es exactamente el modelo de Mercosur”.
Afirmó que Francia está a favor de negociar acuerdos de nueva generación como se ha hecho con Nueva Zelanda o Chile, pero que el de Mercosur “no es explicable”.
Macron asumió que Mercosur es una región “muy importante” para el comercio agrícola o industrial de la UE, pero reconoció que se puede comerciar sin cerrar acuerdos de libre comercio, si bien dijo que no es favorable a que Europa se “encierre en sí misma”.
El rechazo a acuerdos de libre comercio como el de Mercosur es una de las críticas de los agricultores que se manifiestan en varios países de la Unión Europea las últimas semanas.
Sobre las protestas, Macron admitió que el coronavirus, la guerra en Ucrania o “la gran desestabilización geopolítica” han conducido a “perturbaciones masivas que afectan muy profundamente al modelo agrícola europeo”.
El mandatario pidió que haya controles homogéneos a nivel europeo sobre las reglas agrícolas comunitarias en todos los países.
“Pedimos la puesta en marcha de una fuerza europea de control sanitario y agrícola que pueda evitar la competencia desleal que pueda existir dentro de los propios países”, dijo, y criticó que hay “demasiadas diferencias” en la manera en que los Estados miembros aplican las normas europeas.
También dijo que el diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura puesto en marcha por la Comisión Europea “va a permitir, a partir de finales de febrero, tomar medidas de simplificación a nivel europeo” e integrar en la Política Agrícola Común (PAC) algunos de los acontecimientos más recientes que no se habían producido cuando se diseñó.
Consideró que es necesaria una política agrícola “más simple que tenga en cuenta la necesidad de producir más, que integre nuestros objetivos medioambientales, pero que lo haga preservando una competencia leal, los ingresos de los agricultores y nuestra soberanía alimentaria”.
Dijo que “la vuelta a la calma” de los agricultores “es una necesidad”, y aseguró que espera del Gobierno francés implementar rápidamente los compromisos asumidos.