El senador Carlos Núñez (ANR) se considera una persona “abierta a acercamientos y consultas en el marco del acceso a la información”, pero sus palabras contradicen a sus actos. No se disculpó por la violenta reacción que tuvo hacia una periodista que intentaba entrevistarlo sobre la Operación Dakovo.
Ante la vinculación de un senador con la Operación Dakovo en informes de la pesquisa, el parlamentario Carlos Núñez fue abordado por varios periodistas para que diera su versión, pero antes que defenderse con palabras agredió a la comunicadora de Telefuturo, Rocío Pereira, para evadir las consultas.
Tras lo sucedido, el legislador cartista emitió un comunicado que contradice sus actos de la víspera.
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“Creo firmemente que el acceso a la información es un derecho fundamental de todos y también así creo que cada consulta a realizarse debe enmarcarse dentro del respeto, la responsabilidad, la seriedad, el profesionalismo y de manera democrática. Siempre permanecí abierto a todo tipo de acercamientos y consultas y así me seguiré manteniendo”, dice el texto que apunta a una justificación de su reacción violenta.
En el escrito afirma que no tuvo ni tiene nada que ver con el caso Dakovo, versión que pudo haber compartido el lunes en el recinto del Congreso Nacional, cuando diferentes periodistas lo buscaron para hablar del tema.
En el comunicado que compartió un día después, mencionó que le decepciona la cantidad de información falsa que circuló, pero, al mismo tiempo, advierte que no debilitará su fuerza y convicción y que tampoco cree que el pueblo desconfíe de su honestidad.
“Me mantengo firme y pongo a disposición de las autoridades, en el caso que deseen acceder a mayor información o realizar las investigaciones correspondientes, pues quien nada debe nada teme y permanezco con una confianza inamovible, siempre bajo la protección de Dios nuestro Señor”, expresó.
Operación Dakovo
La operación internacional Dakovo, que también tuvo la participación del Brasil y Estados Unidos, no solo reveló cómo operaba la red dedicada al tráfico internacional de armas, sino que también dejó en evidencia la vinculación de los objetivos con políticos y militares del país.
En el esquema se traían armas europeas al Paraguay de forma legal a través de la empresa International Auto Supply (IAS) y con conexiones con la Dimabel; una vez remarcadas, eran traficadas al Brasil para las facciones criminales Primer Comando Capital y Comando Vermelho.
Aún hay muchas personas dentro de este operativo Dakovo que no fueron identificadas y se sospecha de un respaldo político, contexto en que saltan algunos cargos electivos.