El presidente del Centro Paraguayo de Ingenieros (CPI), Amílcar Troche, se pronunció con dureza sobre el colapso de un edificio en construcción en el barrio San Roque de Encarnación, que dejó como trágico saldo la muerte de Hermelinda Báez (55) y su nieta, Montserrat Brítez (15).
Troche, en contacto con medios de la capital, expresó su profunda preocupación por la falta de regulación y control en el sector de la construcción en Paraguay. “Se cometieron errores garrafales, técnicos y administrativos, y las consecuencias están a la vista”, aseguró tajante.
El presidente del CPI afirmó que Paraguay carece de normas estrictas y controles eficientes, tanto por parte de los municipios como del propio Estado. “Nuestras normas son muy light, poco exigentes. Esto está casi librado al libre albedrío”, cuestionó.
Asimismo, advirtió que la mayoría de los municipios no cuentan con personal técnico calificado en cantidad ni calidad para fiscalizar debidamente las obras. “Preferimos llenarnos de administrativos o de operadores”, lamentó.
Troche señaló que este tipo de situaciones puede repetirse si no se establecen mecanismos de control más firmes, incluyendo la reverificación de estudios de suelo, diseño y cálculos estructurales. Añadió que, según el análisis de numerosos ingenieros, “falló un pilar principal”, lo que habría desencadenado el colapso de la estructura.
“El problema no se resuelve con una multa. Se necesita un peritaje técnico y profesional para determinar responsabilidades y evitar futuras tragedias”, remarcó.
El derrumbe ocurrió el miércoles cerca de las 22:30, en medio de una intensa lluvia. Las víctimas, una abuela y su nieta, habrían buscado refugio en el lugar debido al mal tiempo. El hecho ha generado fuerte conmoción y abrió un debate sobre la seguridad en las construcciones en el país.