Como si no existiera ninguna pandemia y tuviésemos el mejor servicio público del planeta, varios entes públicos e instituciones del Estado se dieron un verdadero festín el día de Reyes Magos para agradar a funcionarios, planilleros, y adulones de turno. Mientras tanto, falta de todo en el “país de las maravillas”.
Uno de los entes que aparentemente pertenece a un país paralelo es el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, encabezado por el ministro Arnoldo Wiens. Para agradar a sus funcionarios se gastó G. 26.422.400 en la compra de termos térmicos de la afamada marca extranjera Stanley, además de otros obsequios. Cada regalo costó G. 550.000. Si bien la factura de la compra fue emitida a nombre del ministro Wiens, el dinero para los “regalitos” habría salido de las arcas públicas.
El ejemplo también fue seguido por instituciones como las FF.AA. y la Policía Nacional, donde los uniformados deben comprar sus propias balas y las patrulleras se caen a pedazos por falta de rubro.
Con esta conducta grosera, el gobierno demuestra un desprecio total hacia los microempresarios, emprendedores y artesanos locales que tienen productos de buenísima calidad que bien podrían comprar y así dinamizar la economía del sector. El gobierno prefiere sacar dinero del país comprando productos importados.
Esto es solamente una pequeña muestra de la pésima calidad de gasto del gobierno.
