La Unión Europea (UE) no obliga a ningún país del mundo a adaptarse a sus exigencias para importar alimentos, dijo ayer viernes en Asunción el comisario de Medio Ambiente, en medio de críticas a la normativa del bloque que veta la importación de productos que generen deforestación.
“La UE no tiene la intención de venir a decirles cómo tienen que regular las leyes, cómo aplicarlas en el Paraguay, ni en otro país del mundo”, expresó el lituano Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la UE en declaraciones a periodistas tras reunirse con el presidente de Paraguay, Santiago Peña.
Sinkevicius inició una visita de dos días a Paraguay antes de recalar en Bolivia y Ecuador para conocer los esfuerzos que realizan estos países en la producción de alimentos sin deforestar ni dañar el medioambiente. Una normativa de la UE, que entra en vigor a partir del 30 de diciembre de 2024, contempla vetar la importación de productos procedentes de tierras deforestadas después de diciembre de 2020.
El comisario europeo hizo su primera escala en Asunción, la capital paraguaya, para disipar las críticas a esta norma. “Paraguay ha avanzado muchísimo”, expresó el enviado de la UE al referirse a las legislaciones y los sistemas de monitoreo con que cuenta el país para combatir la deforestación. Ponderó sus recursos naturales y auguró una mayor cooperación a partir de su visita.
Por su parte, el ministro paraguayo de Industria y Comercio, Javier Giménez, quien acompañó a Sinkevicius, aclaró que Paraguay “no va a sacrificar su soberanía jurídica” a cambio de un permiso para exportar a la UE, en cambio destacó que el Gobierno “tiene una visión de oportunidad”.
Giménez se refirió a la preocupación del sector sojero local que cuestiona las exigencias europeas que pueden colisionar con las leyes nacionales. “Acá no se negocia soberanía. Estamos en un afán de oportunidad para poder realizar negocios con mercados importantes y que pagan mejor como es el europeo”, enfatizó.
Héctor Cristaldo, portavoz de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), que incluye al sector de la soja, dijo a la AFP que el reclamo ambiental -a través de la ley 1115 de la UE- “puede ser una excusa para sacarnos competitividad”. Agregó que dicha norma “es la versión 2.0 de las compañías de Indias”, ilustrando el otrora desventajoso comercio entre la metrópoli y sus colonias. “De los 11.800 millones de dólares que exporta Paraguay, Europa no compra más de 500″, recordó Cristaldo.
El comisario Sinkevicius reiteró que la UE no hace diferencias con ningún país del mundo. “Se aplica a todos por igual, a nuestros operadores también. Es totalmente compatible con la OMC”, agregó. Afirmó que Europa desea que la trazabilidad de la producción esté operando a fines de 2024 o a comienzos del próximo año. Paraguay ocupa el cuarto lugar como exportador y quinto como productor de soja, un referente a nivel mundial en el rubro.