Una investigación realizada en nuestro país sobre la violencia a trabajadores de prensa refleja que la mayoría sufrió persecución al momento de cumplir con sus labores. Temas políticos, corrupción y de crimen organizado son significativamente peligrosas, por lo que afirman la necesidad de contar con una ley de protección.
Erica Imbrogiano, presidenta de Multitarget, detalló que encuestaron a un total de 200 periodistas del país, de los cuales 75 son mujeres. Del total, el 58% manifestó que a lo largo de su trabajo, en los últimos 10 años aproximadamente, fue víctima de algún tipo de violencia. De ese porcentaje (58%), el 69% corresponde a las mujeres, es decir, 7 de cada 10 mujeres, y el 51% son hombres.
“La conclusión es que la violencia es un tema que afecta al periodista en el ejercicio de su profesión que, a su vez, también afecta de manera significativa a las mujeres”, expresó Imbrogiano en entrevista con Gen/Nación Media.
En ese contexto, la entrevistada indicó que, cuando un periodista sufre violencia a raíz de su labor, suspende de forma temporal o definitiva el trabajo que viene realizando. Citó que el 51% lleva adelante una autocensura, disminuyendo su presencia en las redes sociales. Mientras que el 5% manifestó que abandonó su lugar de trabajo. Las amenazas provienen de tres redes, que son Facebook, X (Twitter) y WhatsApp.
En cuanto al impacto negativo a la salud, dijo que el 51% manifestó que sufrió estrés, temor, tristeza, desesperación, frustración, desesperanza, sentimiento de fatiga y agotamiento. “La investigación es muy amplia y tiene muchos aspectos que buscan de alguna manera contribuir para mejorar la situación de la cual los periodistas son víctimas”, aseveró.
Sobre quiénes tienen más incidencia de violencia sobre los profesionales de la comunicación, la mayoría respondió que proviene de políticos, autoridades nacionales y municipales, y personas involucradas al crimen organizado. Los temas que generan violencia son políticos, electorales, corrupción pública y por último, los de géneros (comunidades de LGBTQI).
La investigación consta de dos partes – señaló Erika – una que es la encuesta, logrando identificar 147 medios pequeños, medianos y grandes, además de las digitales. Por otro lado, entrevistas de profundidad a determinados referentes del sector periodístico y a personalidades que trabajan en la Fiscalía, Derechos Humanos, Defensoría Pública, a modo de tener una amplitud de respuestas y comprender lo que viven los trabajadores de prensa y qué tipo de herramientas precisan para realizar la labor. “Herramientas como la contención psicológica y jurídica”.
Otro punto abordado fue, de si los medios dónde trabajan cuentan con protocolos de protección y de si es necesaria una Ley de Protección a Periodistas, ya que es una profesión de riesgo. “No es lo mismo que le choquen el auto a un particular que a un periodista que está llevando adelante una investigación de temas sensibles. El abordaje al periodista debe ser diferente y debe ser diferenciado. El 93% respondió que si se necesita que los proteja”, explicó.
Por último, destacó que la investigación es amplia con mucha información que brinda la facilidad de tomar acción teniendo en cuenta todos los ejes y autores de la violencia sobre dicha profesión.