Alejandro Dejesús Ovelar, hijo del presidente del Congreso, Silvio Beto Ovelar, renunció a su cargo administrativo en la Cámara de Diputados luego del escándalo por su contratación y la posterior justificación de su padre.
Finalmente Alejandro Ovelar presentó su renuncia en la mañana de este viernes como consecuencia de las protestas e indignación ciudadana por su contratación privilegiada en la Cámara de Diputados, pero, sobre todo, por la justificación que dio su padre, Silvio Beto Ovelar, presidente del Congreso Nacional.
“Me encargué de poder dar esta renuncia debido a la situación que se dio”, dijo el joven de 20 años en su último día como funcionario de la Cámara Baja, informó el periodista de Última Hora Diego Barreto.
Beto Ovelar había argumentado que su hijo reunía las condiciones para estar en el cargo porque tuvo la oportunidad de cursar en un “colegio top”, lo que hizo crecer aún más la indignación ciudadana, ya que a la contratación privilegiada se sumó lo que se entendió como un desprecio a la educación pública.
Posteriormente admitió que “cometió un error” y que hablaría con su hijo sobre la situación. De hecho, la renuncia se da luego de este encuentro.
“Agradezco mucho que se me haya dado la oportunidad de trabajar como ordenanza y posteriormente ser vinculado dentro de la Cámara de Diputados, siendo esta una administración que ni siquiera era afín a la línea política de mi padre. Yo soy un joven con un futuro por delante, pienso formarme para seguir adelante y realmente le agradezco a mi padre que me haya dado esta oportunidad, esta libertad de tomar la decisión”, agregó Alejandro Ovelar antes de retirarse del recinto parlamentario.
Luego de desatarse el escándalo por sus declaraciones, el titular del Congreso admitió que “cometió un error” al intentar defender a su hijo que cumplía un cargo administrativo por un salario de G. 3.300.000.
Sobre sus funciones, Alejandro Ovelar había explicado que se encargaba de imprimir hojas y preparar la agenda del presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre.
Toda una familia en la función pública
El senador cartista, que en su momento se calificó como el hombre público mejor pagado del Paraguay, tiene a su esposa Magnolia Mendoza como directora jurídica de Itaipú Binacional con un salario de G. 100 millones.
Su hermano, Roberto Ovelar, ingresó a Aduanas sin concursar y tiene un sueldo de G. 17 millones.
Otro hermano, Rodney Ovelar, entró mediante una terna y está en la Defensoría Pública.
Su cuñada Violeta Mendoza está en Yacyretá, donde entró sin concurso y tiene un salario de G. 46 millones.
Se suma el suegro Armando Mendoza, quien está ocupando un puesto sin concursar en Yacyretá con un sueldo mensual de G. 51 millones.
En el Ministerio Público está Lourdes Ovelar con un sueldo de G 7 millones.