SAN JUAN NEPOMUCENO. La falta de recursos tecnológicos o económicos para los docentes del Centro de Apoyo a la Inclusión “Capullo de Esperanza” de San Juan Nepomuceno no es obstáculo para que los alumnos con necesidades específicas sigan desarrollando las clases. Los docentes se ingenian para hacer llegar los materiales para que los estudiantes, por más alejados que estén de la zona urbana, donde se encuentra la institución escolar, sigan avanzando en el aprendizaje.
La directora de la institución, María Mercedes Silvero Silvero, dijo que Capullo de Esperanza es la pionera en el departamento para alumnos con discapacidad y llegó a tener hasta 48 alumnos cuando era Escuela Especial y utilizaba el programa especial. Recientemente, la institución se convirtió en Centro de Apoyo a la Inclusión (CAI), desde la implementación de la Ley 5.136 de educación inclusiva. La mencionada ley obliga a las autoridades escolares a aceptar a los niños, cualquiera sea su discapacidad, en las escuelas regulares. Esa institución normal debe hacer las gestiones y realizar los ajustes necesarios para que el niño pueda permanecer en la escuela.
Explicó la educadora que si el niño utiliza silla de ruedas, la institución escolar debe mandar construir la rampa en los accesos si fuere necesario. En el caso de que el niño tenga discapacidad intelectual, en el grado específico donde debe estudiar se debe hacer el ajuste al programa de estudio.
Agregó que otro grupo de alumnos que siguen sin incluirse en el sistema educativo normal debido a que no tienen capacidad familiar o personal, no reúnen las condiciones o están acostumbrados a venir a esta escuela, “les seguimos dando talleres con nuestros docentes. Ahora que hay cuarentena, no pueden venir, nos ingeniamos para visitar a nuestros alumnos y llevarles los materiales para trabajar y que sigan aprendiendo como debe ser”.
En otro momento, la directora indicó que el objetivo del Centro de Apoyo es ofrecer los servicios necesarios para la inclusión educativa y social de los niños y adolescentes con algún tipo de discapacidad en el sistema educativo. “Debemos garantizar su permanencia y adecuada atención con los ajustes necesarios para su aprendizaje, apoyando a las instituciones donde se encuentren incluidos y brindando el apoyo oportuno a las instituciones educativas donde está el niño con capacidad específica. Apoyo Pedagógico y área compensatoria al alumno con discapacidad visual y talleres para lograr la inclusión educativa, social y laboral”, acotó la docente.